La lengua en el ser humano cumple una variada cantidad de funciones y está íntimamente relacionada con la mandíbula y la laringe.
Pero analicemos algunas de las funciones principales que cumple la lengua:
Habla
En principio nos permite hablar al posibilitar la articulación de innumerables fonemas para comunicarnos.Masticación
El movimiento de la lengua junto con los dientes permite que los alimentos puedan mezclarse con la saliva y así poder ser tragados más fácilmente.Deglución
Ayuda a empujar alimentos y líquidos al esófago para que éstos lleguen al sistema digestivo.Gusto
Gracias a las papilas gustativas podemos percibir los diferentes sabores de los distintos alimentos.
La lengua al comunicarnos
Cuando pensamos en la expresión verbal, la lengua cumple un rol fundamental, no solo en la creación y emisión de fonemas de distintos lenguajes, sino también en la modificación del espacio de nuestro tracto vocal (el espacio desde los labios hasta los pliegues vocales en la laringe).
Tanto pensemos en la emisión de simplemente fonemas hablados o también en fonemas cantados el espacio en el tracto vocal será determinante en la percepción de un sonido más o menos resonante. Es por esto que cualquier modificación en los labios, mandíbula, velo del paladar y lengua modificarán de múltiples formas la resonancia.
La lengua al cantar
En el canto clásico se habla mucho del término engolar o la voce ingolata, en el que la laringe sube, y la lengua se retrae hacia atrás, generando una especie de ‘tapón’ para el sonido. Aunque subjetivamente percibamos que el sonido es potente, lo cierto es que el resultado es un sonido débil y con poco brillo.
¿Tensión en la lengua?
En el campo de la pedagogía vocal se habla mucho sobre este tema. Tanto los alumnos manifiestan sentir tensión en la lengua, como los maestros la señalan muy frecuentemente en sus alumnos. Sin embargo, esta aparente tensión muchas veces no es real. Percibimos la sensación de tensión sin que realmente exista un sobreesfuerzo de su musculatura. Muchas veces, la tensión puede estar ocurriendo en las múltiples conexiones musculares que la lengua tiene con la mandíbula, la laringe y garganta.
¿Cómo dejar de interferir con la lengua?
La Técnica Alexander me ha enseñado que somos una entidad completa, y que intentar modificar una parte o fragmento de nuestra musculatura será, de alguna manera, un intento inútil.
Por una lado existe una total interrelación entre los músculos depresores y elevadores de la mandíbula, los músculos que conectan el hueso hioides con la laringe, y por arriba con la mandíbula, y a su vez todos estos en interacción con la lengua. Pero por otro lado, tanto la laringe, como la mandíbula, y por supuesto, la lengua, dependen del equilibrio de toda la musculatura de sustentación de la cabeza.
Un exceso de tensión a nivel del cuello, por ejemplo, tendrá una incidencia directa sobre la lengua (y mandíbula, y labios y laringe), por lo que en lugar de intentar modificar la tensión que percibimos en la lengua, sería más efectivo poder ampliar la visión a un uso más coordinado de todo nuestro sistema.
Un cuello libre promoverá una mandíbula y lengua libres.
Prueba cantar con una “a”
La vocal “a” implica una mínima manipulación de la lengua, por lo que dejar la lengua en paz al cantar esta vocal dará espacio tanto por arriba como por detrás de la lengua, y ésta a su vez, no presionará ni para atrás ni hacia abajo.
Una vez percibida esta idea de “no hacer” con la lengua, ve agregando de a poco articulación de las consonantes de las palabras de tu canción, dando a tu lengua la indicación directa de no modificarse de más.
Poco a poco, tendrás un control consciente sobre la acción de tu lengua, siempre recordando que no queremos trabajar de forma aislada con la lengua, sino en total relación con toda tu musculatura del cuello, hombros, torso, etc.
Te dejo este fantástico video de una resonancia magnética en el que se ve el movimiento de la lengua en distintas actividades. Es la primera vez que puede verse con total claridad las partes de la lengua que se activan al cantar, tocar el corno, o hablar en idiomas variados.