¿Por qué hablar de la pelvis? ¿Qué tendrá que ver con nuestra voz esta estructura anatómica muchas veces olvidada en la pedagogía vocal? ¿Qué relaciones existen con las estructuras de la función vocal?
Pelvis y postura
La pelvis además de ser el hueso más grande del cuerpo, está rodeado por los músculos más grandes también, y constituye el contrapeso de la cabeza, es decir que la posición de la cabeza se ajustará a la posición de la pelvis y viceversa. Si tanto la pelvis como la cabeza estuvieran dirigidos hacia el frente, seguramente nos caeríamos hacia adelante. Generalmente al soltar los músculos que conectan el cuello con la cabeza por detrás, la cabeza tiende a seguir una dirección natural hacia arriba y adelante, y como contrapartida, la pelvis irá hacia atrás. Pero, si por alguna razón, la pelvis no tiene suficiente libertad para hacer estos ajustes, probablemente otros músculos se tensen, como los del pecho, con el propósito de mantenernos verticales.
Falta de movilidad pélvica
El dolor crónico en la espalda, alguna lesión, dolor abdominal e incluso ciclos menstruales dolorosos pueden relacionarse con una protección inconsciente de la espalda baja y por consiguiente, de la zona pélvica, reduciendo su movilidad.
Existe una estrecha relación entre la pelvis, las piernas y la respiración. Músculos como el psoas y el cuadrado lumbar conectan las piernas con la pelvis y la columna.
Si bien estos músculos no son los únicos responsables del movimiento de la pelvis, piernas y columna, el hecho de que sus inserciones sean muy cercanas a las del diafragma nos hace inferir que algún desequilibrio en la movilidad pélvica podría llevarnos a una interferencia en la respiración.
Para poder tener una respiración libre, es importante liberar la musculatura abdominal, en pasados artículos hablé sobre las interrelaciones entre la tensión abdominal y la libertad respiratoria. Cuando la pelvis se encuentra en desequilibrio, sea por hábitos de postura que tienden a llevar la pelvis hacia adelante o hacia atrás (curva lumbar excesivamente marcada), la respiración se verá en algún punto impedida por el el exceso de tensión abdominal que compensa este desequilibrio.
Libera tu pelvis
La forma más efectiva de liberar la pelvis, a mi modo de ver, es comenzando por la posición sentado en la silla, con los pies apoyados en el piso.
Es probable que tengas tus propios hábitos de estar sentada/o, sin embargo, la estructura pélvica tiene sus propias estrategias para permitirnos conectar con la verticalidad del tronco.
Puedes poner tus manos debajo de tus glúteos para encontrar la parte final de la pelvis, los llamados isquiones. Es probable que a causa de tus mismos hábitos cotidianos tu pelvis descanse en el sacro (retroversión) o en el frente de los isquiones (anteversión), como en las imágenes.
Una vez que descubras el contacto de los isquiones en las palmas de tus manos, quita las manos debajo de tus glúteos y permite que todo el peso del tronco se equilibre en estos huesos, en esta posición neutra en la que la pelvis encuentra equilibrio y tu espalda baja se libera.
Ahora prueba cantar. ¿Cómo percibes tu voz? ¿Qué tan libre está tu respiración?
Juega y explora con estas posibilidades de movilidad pélvica y deja que el propio equilibrio de estas estructuras te permitan mayor libertad.